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Hoy en día, la oferta de propuestas de entrenamientos deportivos es tan amplia como el número de centros disponibles, ya que cada uno adapta las modalidades existentes a su propia metodología. El entrenamiento funcional surgió hace ya algunos años, pero por su eficacia para conseguir resultados, mantiene su popularidad. Si no conoces, no te pierdas este artículo porque además de contarte en qué consiste, te daremos algunos ejemplos de entrenamientos.
¿Qué es el entrenamiento funcional?
Comenzamos por definir qué es el entrenamiento funcional. Como su nombre indica, su objetivo es tener una utilidad que sea práctica y, en este caso, hace referencia a los movimientos que realizamos en la vida cotidiana. De este modo, con los ejercicios que implica, se mejora el rendimiento en diferentes disciplinas deportivas, se corrige la postura e incluso tiene aplicaciones en procesos de rehabilitación.
De hecho, su origen lo encontramos en los ejercicios de rehabilitación en la medicina y la fisioterapia, que buscaban ayudar al paciente a realizar movimientos de forma correcta para no lesionarse, como por ejemplo, el levantamiento de una carga pesada. Por ello, está muy ligado a la prevención de riesgos laborales.
El entreno funcional se basa en movimientos libres con el propio peso del cuerpo o con resistencias, y también hace uso de superficies inestables. A diferencia de otros tipos de entrenamientos, no se trabaja un único o músculo o una articulación, sino que se abarcan distintas articulaciones y grupos musculares, lo que permite ejercicios de mayor complejidad.
Por lo tanto, es una modalidad muy efectiva cuando que se quiere mejorar la preparación para algún deporte, rehabilitarse o simplemente fortalecer el cuerpo para afrontar los retos del día a día. No obstante, con el entrenamiento funcional se puede ganar masa muscular.
Objetivos del entrenamiento funcional
Aunque como veremos a continuación, el entrenamiento funcional consta de una serie de ejercicios muy variados, no vale el uno para todos. Es decir, que cualquier movimiento o ejercicio funcional que se realice, tiene que estar personalizado o adaptado para cada persona, puesto que debe tener en cuenta su estado de forma física o la finalidad que se persigue, como podría ser rehabilitarse o mejorar el rendimiento en una disciplina deportiva.
Los ejercicios que se suelen incluir en estos entrenamientos imitan los que los movimientos cotidianos, por lo que hay saltos, subida de escaleras, levantamientos de pesos, etc., pero combinados entre sí para trabajar varios músculos a la vez, aumentar la fuerza y estabilizar el cuerpo.
En lo que respecta a los beneficios del entrenamiento funcional, van ligados a los propios objetivos que persigue y que son la mejora del equilibrio y la estabilidad, el trabajo cardiovascular, la prevención de lesiones, la mejora de la movilidad de las articulaciones, mayor agilidad, incremento de la velocidad y desarrollo de la fuerza, la potencia y la resistencia, principalmente.
Tipos de entrenamiento funcional: fitboxing
Como decíamos al comienzo, la aplicación práctica de este tipo de entreno es muy amplia, y cada gimnasio con entrenamiento funcional puede diseñar su propia metodología para las clases. Aunque existen muchas otras, hoy te presentamos una variante que cada vez tiene más adeptos y que se conoce como fitboxing.
Por si no la conoces, el fitboxing es una disciplina bastante nueva cuyo origen se encuentra en los Estados Unidos. Consiste en realizar ejercicios que proceden del boxeo, el kickboxing, el muay thai e incluso el crossfit. El resultado es un entrenamiento que trabaja todo el cuerpo de forma integral. Como en el entrenamiento funcional, los ejercicios se pueden hacer con el propio peso, incorporando elementos como las kettlebells o las cintas de TRX.
También conocido como boxing funcional o boxing workout, se está convirtiendo en un referente en el entrenamiento funcional en Valencia. Las clases se organizan en bloques de trabajo combinado y con ejercicios de alta intensidad.
Al combinarse varias artes marciales con el fitness, los movimientos incluyen jabs y cross, que son dos tipos de puñetazos, sentadillas, patadas y mucho más, y que se desarrollan en un box como se hace en el crossfit.
Ejemplo de entrenamiento de un boxing workout
Si vas a un gimnasio de entrenamiento funcional en Valencia o en cualquier otra localidad, comprobarás que en función de cuál sea la formación de quien imparte la clase, la estructura de esta será variable.
Para que te hagas una idea, una sesión de fitboxing comenzaría con un calentamiento de una duración variable en función del tipo de ejercicios que se incluyan y que combinará el cardio con la tonificación para ir despertando los músculos y lograr que entren en calor.
Una vez que la musculatura está lista, se pasa a la sesión de boxeo y kickboxing, con movimientos combinados sin contacto al ritmo de la música. Se puede incorporar un saco, dar golpes al aire o incluso hacer uso de pesos.
Superado este bloque, se da paso al entrenamiento funcional, donde el repertorio de ejercicios es más amplio aún. TRX, fitball, bandas con resistencia, kettlebells, mancuernas y un largo etcétera. Tras esta rutina, se vuelve a los ejercicios de tonificación específicos para finalizar con estiramientos.
En función del espacio del gimnasio, es posible que los ejercicios se realicen en circuito. De esta manera, mientras un grupo realiza los ejercicios de boxeo, otros harán los del entrenamiento funcional, para luego cambiarse unos por otros.
Además de suponer un reto a nivel físico, este tipo de entrenamientos te ayudarán a retar tu mente, tus límites y tu actitud. Y es que no solo se trata de un entreno intenso, sino que para poder sacarle todo el partido a las clases inspiradas en el boxeo, hay que dejar la vergüenza en la puerta y dejar salir toda la energía que tenemos dentro.
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